domingo, 1 de septiembre de 2013

La Tía Esperanza

Las tías son todo un tema. Yo amo ser tía, pero tengo lejos los sobrinos, por lo que es un rol que casi no puedo cumplir. Hay tías de todo tipo, pero en casi todos los casos, son personajes especiales en la vida de los niños, especialmente, porque aportan otro enfoque a la vida de una familia formada por padres e hijos. Las tías siempre traen agua fresca, por así decirlo.

Nené con su primer nieta
De todas las tías, a mi parecer, hay una especie en particular, a la que llamaré: "Especie Nené". Nené es la hermana de mi marido y es una tía soñada. A tal punto que aunque mis hijos ya son dos hombres, se convierten en niños apenas están bajo su influencia. La "Especie Nené" es la clase "juguetona".

Todos sabemos que los pequeños no paran de jugar nunca. Y eso a veces cansa hasta a la mejor intención. Pero la "Especie Nené" no se cansa nunca. Siempre está ahí, provocando para iniciar el juego. Físico cuando son sobrinos pequeños, y de otro tipo cuando son mayores. Eso es un deleite tal, que no hay sobrino que se pueda resistir.

Mi sana envidia antecede mis risas cuando observo a mis hijos interactuando con ella. Quisiera tener también su don, porque me aseguraría el amor incondicional de mis sobrinos. Cada vez que se habla de ella reaccionan como hombres protectores y consentidores de su tía aventurera. La tía Nené es intocable para los Lopez. Y así será por siempre.

Cuando nuestra Naky murió, esta casa quedó desolada, gris, fría. Esta casa no era la misma. Por ello pensé en darle un corte rápido a esta situación por el bien de todos. Fué cuando encontré a mi Rosita y la adoptamos.

Rosita llegó a un hogar de adultos. Adultos humanos y adultos perros. Y traía consigo una energía infinita. Ésa bendita energía de cachorro que agota al más pintado. 

Bijou hizo una seudopreñez y la adoptó. Durante las semanas que duró su tratamiento, Rosita disponía de Bijou como quería porque ésta estaba convencida que era la madre de la cachorra y la paciencia de madre, ya sabemos, es inclaudicable. Pero todo lo bueno llega a su fin. Bijou recuperó su temperamento de perra vieja y con pocas pulgas.Y adios Rosita...

Rosi intentó entonces con nuestra Milagro. Que tan mayor no es, pero ya sea porque ve tan poquito, ya sea porque sus secuelas pueden jugarle malas pasadas, el caso es que Milagro tampoco quiere tener mucho que ver con las demandas de Rosita. Ella sólo está dispuesta a seguir a los gatos de la casa. Con infantes...nada que ver.

Durante unos pocos días Celeste que estaba en tránsito me ofició de niñera. La bebé estaba fascinada con esa amiga grande que le prestaba tanta atención. Se perdían las horas en juegos interminables. Pero se me fué la niñera a su hogar definitivo y aquí quedamos, como cuando vinimos de España.

Cuando Esperanza llegó en tránsito a casa, conocimos a una galga muy dulce, muy mansa, pero muy temerosa también. Nada de autoestima y una sensación de no quiero molestar que nos llamó la atención. Esperanza no tenía iniciativa propia para nada. Ni para quejarse durante sus curaciones que algo dolorosas deben ser.
Esperanza

Rosita la observaba con atención...con curiosidad...pero se inhibía ante la indiferencia de nuestra galga que quiere ser pichicho pepe. Los días fueron transcurriendo, Esperanza empezó a tener más confianza en sí misma, se puso participativa, empezó a circular libremente por toda la casa, se adueñó del sillón del comedor y hasta me empiezan a costar más sus curaciones. En medio de tantos cambios...estaba naciendo una tía "Especie Nené".

Hoy los días son maravillosos para Rosita. Porque están llenos de juegos que nunca se detienen. La Madre Naturaleza le indica que tiene que ponerse en movimiento de manera perentoria, y Rosi busca a la "Tía Esperanza". Se lanza sin pudor sobre el cuerpote tan grande de la galga y comienza una fiesta de juegos que emociona hasta al más duro.

Nada perturba a Esperanza...Es que ella es "Especie Nené". Es que algo les dice que solo deben enfocarse en jugar con sus sobrinos. Es que algo les produce ese juego con pequeños que no son propios, que las lleva a continuarlo una y otra vez. Sin cansarse jamás.

La Tia Esperanza a veces lanza unos suspiros tan grandes mientras Rosita navega por su cabeza, que nos parte el alma y de inmediato distraemos a la cachorra para darle a la tía un poco de tranquilidad. Jamás la ha gruñido, es sólo con su sobrina que acepta compartir el alimento.

Cuando Rosi empieza a ladrarle provocativamente, Esperanza la mira con una mansedumbre que enternece. De alguna manera sabe que se acercan los juegos, y ella estará siempre dispuesta. Hasta se echa sobre su pata vendada y ni así reacciona mal.  Esperanza tiene el cielo ganado.

Nené me mostró que se puede ser una tía superespecial que trasciende el tiempo, y me inspiró clasificarla como una especie en sí misma. Esperanza me demuestra que hay muchas Nenés en este mundo, ya que ella es una más.

Se siente re lindo.





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