martes, 25 de febrero de 2014

Soledad















Sole te mira siempre a los ojos. Y lo que te dice siempre es lo mismo. Piensa que no ha nacido para ser amada. Piensa que tiene que esforzarse cien, mil veces más que un pichicho normal, para ser querida. Piensa que vos sos un dios de quien depende ahora su vida.

A Sole le está costando relajarse y dar besos. Se acerca ansiosa y se retira asustada. Son diez meses de rechazo y abuso, es decir, toda su vida. Tal vez cuando lo intentó la golpearon sin piedad. Tal vez nunca dió uno. Pero observa que es algo tan bienvenido de las otras perras de esta manada transitoria,que se lanza a intentarlo, una vez más.

Tiene algo en particular con las puertas. Le decís Vení Sole y ella se queda a la expectativa, paralizada en el umbral. ¿Qué ocurría antes si lo traspasaba? ¿ Cómo sería el castigo por entrar que tiene ella grabado en su mente la prohibición de hacerlo? Sólo cuando me alejo del picaporte, Sole avanza cuidadosamente.

Con mi cachorra Rosita, Sole es una pichicha feliz que descarga esa enorme energía que tiene contenida. Retozan todo el tiempo, se lanza una contra la otra, se mordisquean, ruedan por el piso. Finalmente las dos quedan echadas en una siesta cortita cuestión de reponerse para volver a arrancar. Con Rosita, Sole es una cachorrona más.

Pero cuando es un humano el que tiene enfrente, vuelve a mirarte de esa manera.

Nuestra pensionista anterior, Alicia, expresaba su miedo mostrando dientes y agrediendo. Sole ni siquiera sabe que éso es un mecanismo para defenderse. No sabe gruñir. Ella no se defiende. Se queda quieta, con esa mirada profunda de pena y resignación.

Todavía no aprende a compartir el alimento. Digamos que este aspecto es casi rutinario cuando traés a casa perritos abandonados. Es lo de menos. Pero te conmueve cómo se mueve nerviosa, cómo mira a los cuatro costados, cómo teme por quedarse sin su comida.

Todo lo que hace Sole por agradarte, es exagerado. Si tu perra se levanta para darte un abrazo, ella se te tira encima con una energía que te hace perder el equilibrio. Si aullan porque recién llegás, ella entra en un paroxismo de movimientos y sonidos que sobresale de las demás. Si las retás a las otras (que te miran hasta con desprecio), ella sale disparada para que no la veas por las dudas.

Sole distingue mujeres de hombres. A estos últimos les teme de verdad. Logré que se echara a mi lado en el sillón en los primeros días, pero recién lo está haciendo ahora con Angel. Se embarca en esa dualidad que la mata, porque quiere agradarle, quiere recibir todas sus caricias, quiere que él solo le preste atención a ella...pero es un varón, y Sole siente que tiene que desconfiar.

Silvina y sus amigas la secuestraron a Sole. Supieron que estaba en celo y que unos porquerías la habían atado a un poste, sólo para divertirse mientras observaban como los perros se acercaban a ella atraídos por el celo. Mejor ni quiero imaginarme eso, no después de tener frente a mi esa mirada tan profunda y triste. Una perrita chica de tamaño, totalmente vulnerable, cachorrona, sumisa...atada a un poste para ser dañada. Sólo por diversión de seres inhumanos.

No fué sencillo el secuestro. Les lanzaron dos perros grandes y agresivos; y aun así corrieron desesperadas con este tesoro en sus brazos. Con nuestra Sole, nuestra Soledad.

Angel siempre es quien bautiza a nuestros pensionistas. Esta vez no pudo expresar mejor la manera de definir a esa hembrita ya, gracias a Dios, castrada. Porque cuando ella te mira, sentís que te está mirando la mismísima SOLEDAD.

¿Y cómo hacés para que entienda que está equivocada? ¿ Que eso que la define, fuera lo que fuera, ya ha quedado atrás? Que debe abandonar para siempre el temor, que ya no será dañada, que ya no está sola.

Con el paso de los días y a fuerza de recibir amor en dosis tan exageradas como lo es ella, Sole se va relajando. Eso no falla. La capacidad que tienen los perros de darte una segunda oportunidad, no la tenemos las personas ni ahí. Pero le queda un gran paso por delante a la vida de esta negra de bello pelaje. El del hogar definitivo. Aquí está aprendiendo que la segunda oportunidad que nos da, está siendo honrada. Y que nos aseguraremos que así sea por el resto de su vida.

Yo tengo un sueño. Sueño con el hogar de Sole. Sueño que me publican una foto de Sole en su nueva cucha, rodeada de su familia. Y que ella mira fijamente a la cámara. Entonces yo le presto atención a su mirada. Y busco en ella a la SOLEDAD...

Y sueño que no la encuentro.


Nota: Para adoptar a Sole, llamá a Silvina al Contacto: 155902782 (Mendoza)


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