"Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al Norte, fue al Sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas eran rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.) "
Rafael Alberti, (n. 1902).
Peludo le digo yo, porque no tiene nombre oficial. Peludo es como la paloma...se equivocó.
Un día lo tiraron en un barrio de Luján. Era un pequeño cachorrito. Inocente. Un hombre le acercó comida entonces Peludito se dijo: a él le pertenezco. Y ya no se movió de esa vereda.
Peludo fué creciendo y hoy es un perro de dos años, bello, grande, tierno. Y equivocado. Pensó que esa vereda con esa comida diaria, era un hogar. Y que los habitantes detrás de esa puerta que nunca traspasó, eran las personas que él tenía que cuidar. Y ya no dejó de cuidarlos.
Y llegó el invierno, con sus vientos y sus lluvias. Y llegaron las heladas noches acurrucado y temblando de frío. Y sus solitarios días sin niños que proteger. Y él permaneció allí. ¿Quién se iría a vagar teniendo su propio hogar?
Y los meses fueron transcurriendo con nuestro Peludo en esa vereda, ya convertido en parte de ella. Recibiendo su ración de comida. Y creyendo que por ello debía fidelidad absoluta.
Muchos perritos viven en las calles, los llamados comunitarios son cuidados y alimentados por los vecinos sin vivir bajo ningún techo en particular. Y es una de las tantas posibles soluciones al problema del abandono. Pero el comunitario les pertenece a todos en el barrio, mientras que Peludo le pertenece exclusivamente a esa casa.
Está convencido que la vida es comer. No conoce otra cosa. No conoce el amor. Sin embargo es guardián y amoroso con su "familia". Él da lo que nunca ha recibido. Que cosa tan extraordinaria, no? No se si un ser humano sería capaz de ello.
Hace unas semanas se enfermó. Este hombre acudió entonces a Silvana. Si bien hubo un intento de preocuparse por la salud del perrito, este caballero desistió de llevarlo al vete porque le había roto el tapizado del auto y además no era su perro. Entonces Silvana y Ana se pusieron, una vez mas, manos a la obra. Peludo ahora está castrado y marcha bien su tratamiento por el tumor que le detectaron. Pero luego de cada visita a la veterinaria, Peludo se instala en su vereda, frente a la casa de quien lo desconoce como propio. Vigilando, cuidando...como cualquier buen perro que se precie de tal.
Silvana es una persona que no tiene manera de disociar el alimentar con la caricia simultánea. Y está decidida a aplicarle un correctivo a Peludo porque sabe que está equivocado. Ha decidido que a este Peludo hay que merecerlo y por eso le busca un hogar de verdad.
Que lo abracen los niños de la casa, que al llegar lo salude su dueño, que alguien le diga palabras bonitas mientras alinean las miradas, que lo bañen y se rían cuando se sacude, y que le quede bello ese pelaje abundante y rebelde. Que se disputen con él el sillón frente al televisor. Que cuando haga frío se eche en una cucha blanda y suave. Que lo reten cuando se mande un pozo en un lugar inadecuado. Que cada vez que lo alimenten, lo acaricien. Que digan orgullosamente que son sus dueños.
Que lo vean. Que lo cuiden. Que lo amen.
Palomita equivocada, bonito Peludo, no sabés cuántas cosas mas vas a conocer el día que llegues a un hogar que te merezca. Vas a estar curado de tu tumor, listo para iniciar una nueva etapa. Y un mundo de cosas maravillosas se te va a revelar para siempre.
La dulzura que te caracteriza, ésa de la que habla Silvana , va a dirigirse esta vez hacia donde corresponde. Sin ser menoscabada o ignorada. Sin ser desconocida.
Sin equivocaciones, palomita.
Nota: 19 de Abril de 2013 llegó la noticia: PELUDITO ADOPTADO!
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