sábado, 26 de abril de 2014

Penas Dulces

Mis hermanas ya saben de qué hablo al leer el título de la publicación. "Penas Dulces" es una frase que jamás olvidaremos y que aún hoy, solemos repetir.

Cuando éramos muy jóvenes, teníamos la costumbre de sufrir por amor. Que si no nos daban bola, que si se nos borraban, que si nos dejaban colgadas...la pasábamos penando. Entonces acudíamos a mi padre, un hombre con una capacidad de oreja impresionante. Le contábamos de nuestras peripecias tristes y él trataba en vano de hacernos entender, que ésas...ésas eran "penas dulces".

La vida siguió su camino y las tres hermanas constituímos nuestras respectivas familias. Y empezó la lucha del día a día para salir adelante. La vida también nos trajo los duelos, esas despedidas irremediables. Y fué cuando definitivamente comprendimos de qué se trataban las penas amargas. Las verdaderas. La idea que tanto nos costaba comprender se hizo repentinamente clara, supimos a qué se refería ese gordito amable cuando nos consolaba con el "Sólo son penas dulces...".

Y aqui estoy ahora, nadando en un mar inmenso de penas dulces...Inmersa en plena despedida, una vez más.

 Sole ha encontrado su hogar.

Ya tiene su collarcito puesto, tengo la correa a mano. Anoche ha recibido toda la atención de esta familia. El sillón ha sido absolutamente suyo y hasta se quedó largo rato durmiendo con nosotros en la cama. Ya le he dicho todo lo que les digo en estos casos. Le he pedido que se porte bien, que sea cariñosa, que no haga pis adentro, que no se coma las medias, que enamore a su futuro hogar. Le he prometido que vamos a estar pendientes de ella, que todo lo que viene es bueno, y que si así no lo fuera, la vamos a rescatar nuevamente.

También, como siempre ocurre, he tenido algunas conversaciones conmigo misma. Me he aclarado que Sole no es mi perra. Me he dicho que qué parte de la palabra tránsito no me entra en la cabeza. Me he repetido que no la estoy traicionando sino que le estoy dando el hogar que se merece. Me he asegurado mil veces que ella va a estar bien. Me he consolado y me he comprendido. Me he dicho que ésta es, precisamente, una pena dulce.

Sole en casa
Sole se va de casa. Entra en un período de prueba y si todo el mundo se adapta , podremos decir que consiguió hogar definitivo. Le ha costado mucho llegar a este punto. Por semanas pareció ser invisible en sus publicaciones. Mientras tanto se fué adueñando de nuestro corazón.

En un post anterior hablaba de su mirada. Esa mirada que le dió su nombre: Soledad. Contaba de mi sueño de ver una foto de ella con una mirada llena de cosas hermosas, brillante y feliz. Mi sueño no ha cambiado. Pero como siempre, me cobra un alto peaje.

Y aquí me ves, con el corazón roto en las manos. Sonriendo mientras lloro. No es emoción. Es felicidad con tristeza mezcladas. Es alegría porque su destino se resuelve para bien. Es llanto porque su destino cambia el mío, y no para bien.

Es una pena dulce.

Es pena pero es dulce.

Es dulce pero es pena.



PD: Sole superó su período de adaptación. Esta oficialmente adoptada

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