viernes, 9 de agosto de 2013

De Dónde Venís, Esperanza...




Esperanza llegó a casa hace muy pocos días. Angie la encontró lastimada en la calle, presumiblemente atropellada por un auto. Tiene una patita malherida.

No tenía nombre al llegar, como la mayoría de mis perritos en tránsito. Pero no pasó mucho tiempo siendo NN , en minutos Angel disparó "Esperanza". No pudo ser nombre mas acertado, en verdad. Porque si lo pienso ella representa exactamente lo que su nombre indica.

¿De dónde venís Esperanza?

¿Venís de interminables carreras de galgos, donde en lugar de familia te rodeaban explotadores sin alma que lo único que hacían era "tenerte en forma" para que te impusieras en la próxima?

¿ Venís de locas noches de cacería en medio de la locura de humanos que encuentran divertido cazar usándote como arma?

¿ O venís de un oscuro canil en el que pasabas tus días y noches, engendrando una y otra vez, otros galguitos de pura raza para beneficio de esos mercaderes de la vida?

Esperanza me enfoca con mirada profunda. Y yo le hago mentalmente estas tres preguntas. Veo su hermoso cuerpo musculoso, proporcionado, tan bien desarrollado. Y vuelvo a buscar su mirada...¿ De dónde venís Esperanza?

Se acerca para que la acaricie y se queda tan quietita...Su pelaje mas suave no puede ser, ni el mejor de los terciopelos se le puede asemejar. En cuanto me alejo empieza a sollozar. Llora bajito, como para no molestar. Esperanza sabe que no debe molestar. Pero ¿a quién?, ¿por qué?, ¿ qué pasaba si molestabas, Esperanza?

Ella es como que está decidida a ser un pichicho. Es que en realidad ella ES un pichicho. Esos que tenemos en casa para que nos alegren la vida. Los que alimentamos, cuidamos, consentimos y educamos. Que están para recibirnos al llegar con alegría, para prestarnos el lomo asi las caricias nos relajan, para darnos besos húmedos y a veces hediondos, para mirarnos y trasmitirnos cosas que nosotros sólo sabemos. Y para nada más.

A pesar de ser tan grandota se las ingenió para entrar en la cucha. Se hace un ovillo y entra. No quiere dormir en la colchoneta dispuesta para ella, quiere dormir en una cucha de la casa. Asi que renunciamos a la colchoneta. Ella encuentra la manera hasta para estirarse en un espacio bastante reducido. Y no se mueve de ahí.

En nuestra cocina, que es bastante chiquita, ella acompaña la rutina de la comida junto con las demás. Pero claro, adentro Esperanza, ya casi no queda lugar para nosotros!! Ella no se inmuta. Se queda ahí estática, pendiente por si liga algo mientras preparo el almuerzo. De alguna manera ella se cree que es mas pequeña.

Mas obediente es imposible que sea. Comprende las órdenes al pie de la letra. Y no desafía, es como si estuviera despojada de todo derecho. Hay como una tristeza profundísima en Esperanza. Como la de quien está convencido que es muy pero muy poca cosa. Como la de quien cree que no debe reclamar absolutamente nada.

Cuando le curo la patita solloza otra vez quedamente. Cada día su herida mejora pero aún está sin piel, y presupongo que debe ser dolorosa la curación. Pero ella no se resiste. No se mueve. Apenas solloza. Las dos en el piso, frente a frente. Ella con su collarín por las dudas, yo con mis cajita de cremas y vendas. Le doy unos besos por anticipado, y arrancamos en la curación. Es como una pequeñísima ceremonia en la que nos miramos a los ojos mas veces de lo normal. Me deja borracha de ternura cada curación, con esa mansedubre con la que sobrelleva el momento.

¿ De dónde venís Esperanza? ¿ Quién se encargó de diseñarte esos ojos tan tristes?


¿Acaso eso importa ahora?

Esperanza es mirar hacia adelante, es creer en la vida, es pensar que buenas cosas van a pasar, es tener ilusión.

Por lo pronto en esta casa de tránsito, sos un pichicho pepe cualquiera. Y es para que te vayas  acostumbrando porque así será de hoy en adelante, el resto de tu vida.

Eso, Esperanza, eso es una promesa que te hacemos.

Atrás ha quedado la galga. Atrás el trabajo y el sacrificio, atrás la explotación, atrás la mala vida. Atrás ha quedado la galga...

Y lo nuestro no es lo tuyo. Lo nuestro no es esperanza. Lo nuestro es determinación. ¿Te han contado que a las protectoras les dicen "locas"? ¿Sabés que tienen razón ?. ¡No has visto a Angie asegurándose el mejor hogar para su rescatado! Cuando encuentre el hogar adecuado, y sólo el adecuado, ahí lo vas a comprender.

Mientras tanto, mi dulce Esperanza...no me mirés con esos ojitos..... porque ya sabés que me muero de amor y no puedo dejar de besarte!!!!



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